viernes, 3 de agosto de 2007

Los inocentes

A ese señor todo el mundo le decía viejo, pero cuando estaban con el nadie le decía así. Todos lo llamaban Jorge, la primera vez de todas que le fui a hablar yo también le dije viejo y se rió de una forma rara. Mas tarde esa noche cuando volvíamos a casa, mi papá me sacudió el brazo y dijo que no vuelva a llamarlo así nunca más, que el respeto era demasiado importante como para perderlo tan facil.
Todos los jueves que mi papá se juntaba con sus amigos y me llevaba a mi, siempre terminaba acercándome a hablarle a Jorge que siempre estaba sentado solo en el fondo. Y todas las veces cuando volvíamos mi papá me decía que era mejor no hablarle, que le gustaba estar solo. Pero siempre que yo iba, Jorge me recibía bien. Nunca me pidió que lo dejara solo, así que yo seguía yendo a hablarle.
Me acuerdo de una tarde en que volvíamos del cine, pasamos por la puerta del bar y lo vi a Jorge ahí sentado. Cuando se lo conté a uno de los amigos de mi papá, me hizo un gesto para que baje la voz y me contó que el viejo iba todos los días al bar, entonces yo dije que como nunca faltaba había que apodarlo Sarmiento en lugar de viejo. Pero a nadie le causó gracia y yo solo me reí un poco porque todos bajaron la mirada y se hizo un silencio feo.
Pero nunca me voy a olvidar del viejo Jorge, sobretodo de la última vez que lo vi. Me acuerdo que le pregunté porque estaba siempre tan solitario y no se juntaba con la banda de amigos de mi papá. Parecía tan triste. Entonces me dijo algo que no entendí. Algo así como que esperaba que yo nunca supiera lo que se sentía tomar otra vida. Pero cuando le pregunte a mi papá que quería decir eso él cambió de tema, y cuando volvíamos a casa me hizo jurarle que nunca más volviera a hablar con el viejo.
Después de eso las reuniones de los jueves las empezaron a hacer en otros lugares, y cada tanto, cuando pasaba por la cuadra donde estaba el bar me agarraba curiosidad y me asomaba por la ventana para ver si veía al Turco, que es como le decían al mozo, y a veces él me veía y me saludaba. Pero cuando miraba al fondo el viejo Jorge ya no estaba, y nunca mas lo volví a ver. Un tiempo después un día entré al bar porque el Turco me dijo que me regalaba una factura que yo eligiera. Y ahí adentro le pregunté por Jorge, y el Turco la miró a mi mamá, y escuché que ella le decía algo por lo bajo, y él entonces me dijo que el viejo se había mudado a otro país porque tenía muchas deudas. Y no me sorprende porque unos días después de que me hubiera dicho eso, ví a un montón de policías y bomberos en la puerta de la casa donde vivía el viejo. Todos tenían caras muy serias y una señora le decía al comisario que la noche anterior había escuchado un ruido como de un disparo y que el viejo no era el mismo desde que había vuelto de la guerra.

1 comentario:

calvis dijo...

Este tambien lo habia leido. Muy bueno, el clima mata y el remate se buenisimo. Ahora leo los ultimos que pusiste, vos que me haces el aguante a pleno con el blog y yo que me olvido de leerte, que mala persona que soy