lunes, 28 de abril de 2008

una pequeña joyita

Esta frase no me pertenece, es de sadtomato, a quien no tengo el gusto de conocer, pero si visito sus páginas cada tanto. Hay que saber inglés eso sí.

The true rebels are not rebelling at all - they are just following their own path.

Nada más.

Saludos

viernes, 25 de abril de 2008

Como el viento

No recuerdo como fue, probablemente haya sido de noche. Era el único momento en que veía a mi mamá. Ella trabajaba todo el día y yo iba a la escuela a la tarde, como ella decía, para no tener que madrugar. No sé si fue antes o después de cenar que me mostró lo que tenía para mí, un libro, que primera vista no ofrecía demasiado. Recuerdo que tenía muchas ganas de leerlo, pero la primera impresión no me resultó muy estimulante. La sobrecubierta era color verde lavado que no ayudaba, y la ilustración de la tapa tampoco. Ahora que lo pienso, estoy seguro de que haber visto antes la película tampoco ayudó. Eso le dio forma previa a mi imaginación, me enseño a desilusionarme demasiado temprano. A la fuerza no pude imaginarme las cosas por mi mismo, porque ya las había visto antes en la tele. Mi relación con aquel libro había empezado con un mal pie, pero aún así, esa misma noche comencé la lectura. Era la primera vez que me largaba solo a una aventura de ese nivel. No fue fácil leer una novela a los siete años.
Era cierto que el prejuicio no había ayudado en un comienzo, pero rápidamente comprendí que el libro no era igual a lo que conocía. Aparte de ese liberador gran descubrimiento, también aprendí que leer una novela tenía sus problemas. Me llevó casi un tercio del libro establecer que un capitulo por noche era una buena medida de lectura. Abandonar en cualquier parte servía para releer párrafos enteros o terminar salteando quien sabe cuantos. Nada, por suerte, que la práctica no haya podido solucionar.
De a poco me dejé llevar por ese mundo, esa aventura. Constantemente ocurrían cosas que nunca hubiera imaginado. Con el tiempo fui aprendiendo a que ese universo me pertenecía. Todos mis compañeros de escuela también habían visto la película, pero yo había dado un paso más allá. Ese mundo me pertenecía a mí, solo a mí, a nadie más. Esa era mi maravilla oculta, mi secreto. Leer se había vuelto una cosa que me diferenciaba de los demás,
Pasó el tiempo y la vida siguió su camino. Con el paso de los años llegó a mi conocimiento una costumbre, algo que, al parecer, se compartía en algunos seléctos círculos por el mundo. Había gente que liberaba a sus libros amados.
Esa idea poética caló profundo, la sentía parte de mí. Investigué sobre el tema con mucha esperanza, pero, lamentablemente, descubrí que esa práctica no tenía nada de lo romántico que había creído. Había gente que los marcaba para después buscarlos, era como una búsqueda del tesoro, pero para gente intelectual. La realidad aplastaba mis ilusiones, lejos quedaba el ideal que había imaginado. Pero esa historia no podía terminar así. No, un libro que me había dado tanto no podía permanecer para siempre en una biblioteca, en el olvido, condenado a, con suerte, ser releído por los mismos una y otra vez.
El destino eligió que ocurriese un mediodía de verano. Viajaba en colectivo y tenía el libro conmigo. Realizaría el acto poético que no había podido encontrar en otros. Me levanté del asiento para bajar y lo dejé tras de mí, sintiéndome feliz por saber que cambiaría la vida de alguien. Mientras me bajaba, una mujer me chistó, casi sin mirarla le dije que ese libro no era mío. Era la verdad, ese libro ya no me pertenecía, era libre, como el viento.

viernes, 11 de abril de 2008

11-4-08

Ya que hoy pasa la antorcha olimpica por Bs As, aprovecho para hacerle una pregunta ingenua al gobierno Chino: Si no son aceptados, ¿para que incisten?

TIBET LIBRE






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martes, 8 de abril de 2008

y si me enojo...?

Hay cosas que no entiendo, o que prefiero no hacerlo, no sé. El gobierno sube las retenciones al campo y casi como una unidad (porque eso es lo que mostraron los medios) saltaron como leche hervida, un més de paro, desabastecimiento, hasta un cacerolazo nadie sabe muy bien de quién... Ahora, a nosotros los clasemedistas nos aumentaron TODOS los transportes y nadie dijo nada, hay una inflación de la reconcha de la lora y naranja, el dinero vale cada vez menos y no pasa nada. Ni quilombo, ni actos multitudinarios del gobierno nada, nada de nada.
Como minimo me siento subvalorado. No hay que esperar a que alguién tome las riendas y diga que hay que hacer paro o marchar. No, para que si nadie le haría caso, todos descreemos de la política. ¿Donde está la sangre caliente? ¿Cuando vamos a ser capaces de quejarnos si las cosas andan mal? y lo digo en voz alta, así por lo menos dejo de sentirme cómplice.

Hablenlo con la almohada.

Alejandro