domingo, 30 de julio de 2017

Crónicas del mundo moderno





Sonó el teléfono, la casa estaba vacía y ni siquiera los mosquitos del techo del living parecieron inmutarse por el ruido.
Sonó una, dos, tres veces; recién a la cuarta vez la llamada fue atendida.
Dos conversaciones se dispararon en paralelo:
-Hola- dijo la voz de una chica joven
-Hola Dijo un hombre maduro con voz modulada
-Te comunicaste con la casa de…-
-Esta es una breve encuesta sobre…-
-Dejá tu mensaje después de la señal-
-Si usted es mayor de 18 años pulse uno…-
-Biiiiip-
Ambos interlocutores permanecieron en mutuo silencio. Por primera vez dejaron de hablar y escuchaban. Compartieron en silencio una espera automática.
Después de un tiempo tan prudencial como predeterminado ambos cortaron casi al mismo tiempo.