lunes, 28 de diciembre de 2009

viernes, 18 de diciembre de 2009

reglas

Se dice que un medio se constituye en la medida en que se conforma su público y sus reglas; probablemente estoy descubriendo algo tardíamente, algo que ya fue descubierto por otras personas antes que yo, o algo que todos saben pero nadie dice, como un secretoa voces o una verdad que nadie termina de poner en palabras: Creo que en los blogs nadie lee las entradas largas.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

<_> 2

Me resulta increible que una cosa, la que sea, que para alguién significa mucho, para otra persona pueda tener el valor de una hoja en blanco.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Terrorismo cotidiano x LimDulm

Crónica de una charla-debate

Por algún motivo me convencieron para cubrir una charla-debate con Josefina y Federico. No sirvo para cubrir este tipo de eventos, soy muy disperso, le creo a todos los panelistas y termino sin sacar nada en limpio. Eso cuando voy solo, pero en esta ocasión fui acompañado. ¿Se acuerdan de esa publicidad contra la discriminación donde había un hombre “común” entre una multitud de gente hablando en lenguaje de señas, y el pobre tipo no entendía nada? Ese era yo, esperando a que comience la bendita charla, escuchando a mis dos compañeros cuya vida dedicaron a la música hablar, como era de esperarse, de música pura y exclusivamente. Déjenme decir algo sobre Josefina y Federico: adoran la música, y sobre todo adoran hablar de música. No es ni de casualidad mi caso, porque soy capaz de desafinar tocando el timbre. Desde que habíamos llegado al auditorio, no dejaron de debatir sobre escalas y ritmos; dóricas, menores, Res y Las. Mientras los escuchaba monopolizar mi aburrimiento, mi fantasía tomaba la forma de una bañadera conmigo dentro y con un secador de pelo en la mano. El debate no se decidía a empezar, faltaba un cable o algo y la conversación de mis colegas había virado para el lado de los bemoles. Mientras tanto el auditorio se llenaba cada vez más y la terrible idea de tener que cederle mi asiento a un jubilado o a una embarazada acechaba. Después de un rato de idas y vueltas la gente terminó de acomodarse en sus asientos (por suerte pude conservar el mío) y la atención se centró en los oradores. Todos intelectuales, con barba o bigotudos; pero mi atención fue robada por la única mujer del panel: Hermosa, cautivadora, segura de sí misma, una amazona en esta jungla de cemento que llamamos ciudad. A poco de empezar, comenzaron a caer bombas desde el panel, pero para mi sorpresa nadie se inmutó, es más, creo que detrás mío alguien roncaba. Uno de los barbados oradores continuó con su planteo, y no pareció inmutarlo en absoluto que desde algún lugar no muy lejano descorcharan una botella. Luego pasó el micrófono al señor con imponentes bigotes sentado a su lado Ni bien empezó a hablar, con Fede y Jose nos dimos cuenta de que era alguien de jerarquía. Tenía una cadencia hipnótica y la forma en que entrelazaba sus opiniones y pensamientos rondaba lo subliminal. “-Es por el bigote, se hace respetar-“Dijo Fede medio en voz alta, cosechando las miradas reprobatorias de algunas personas a su alrededor; seguramente también se habían saturado de aquel previo y crítico debate sobre escalas musicales. Mientras tanto el gran bigote continuaba con su exposición, era bueno en lo que hacía, se notaba la presencia que había mencionado Fede, tenía el micrófono hacía largo rato y recién entonces comenzaba a tocar el tema de la charla. Luché por resistirme al ensueño de su nube prosaica, sólo para darme cuenta de que me entregaría a otro voluntariamente: le llegaba el turno de hablar a la profe hermosa, perdón, a la amazona. Ni bien comenzó a hablar noté que era peleadora, Josefina también lo notó, aunque, gracias a su sociabilidad habitual, en el momento no dijo ni insinuó nada. La profe pasaba factura a diestra y siniestra y no perdonaba a nadie, no se callaba nada, blandía su hacha en una guerra personal, sin piedad y sin descanso. Creo que entonces un poco me enamoré, era linda y belicosa, toda una valquiria, mi valquiria, que acuñó, en el fragor de la batalla, una frase que anoté dispuesto a tatuármela en el centro del pecho: “-La lucha por los sueños no debe abandonarse nunca-“. Definitivamente, estaba enamorado. En ese momento nos imaginé juntos en el Valhala tomando hidromiel y comiendo jabalí asado. Lamentablemente debí despedirme de la tierra de Nunca Jamás, ¡Chau Campanita! ¡Chau Peter!, era hora de crecer, era hora de que los sueños finalicen, había terminado el tiempo de la profe hot al micrófono. Consideré por un momento detonar mi chaleco explosivo pero ya era tarde, otro orador había tomado el uso de la palabra y eso me deprimió un poco. Con la atención fuera de la Amazona me dispersé un poco, era la excusa que necesitaba para regresar a mi labor de cronista de lo inusual y relatar todo aquello que nadie más percibía; y estaba dispuesto a dar lo mejor de mí. Desde el lugar donde un rato antes había escuchado cómo descorchaban una botella, surgía el llanto de un bebé. Como si eso fuera poco la sala fue invadida por un no poco tentador olor a empanadas fritas. Entendí entonces por qué lloraba el bebé, seguro preferiría la comida Light.
Casi finalizando la charla encontré a lacayos de organizaciones político-estudiantiles esforzándose por conseguir esclavos del correo no deseado, lanzando una ronda de folletos y planillas para que los incautos anotasen su e-mail. Estaba a punto de lanzar una perorata sobre el error que representa regalar la información personal en esta época de nuevas tecnologías cuando vi a Josefina corrigiendo la gramática de uno de los folletos, y a Federico haciéndole sonrisas a una chica muy bonita que seguramente adoraba la música, porque Fede tiene un tacho bárbaro con las mujeres. Me contuve entonces ante la inminencia de hablar y que a nadie le interese.
Terminaba la charla, el último orador vagaba libre por su retórica, pero sin la ominosidad que mostrara el gran bigote, así que mucha atención no le presté. Estaba agotado por lo tarde que se había hecho, por el miedo a que alguna chispa detonase el chaleco de dinamita que llevaba por las dudas, por el bebé que volvía a llorar y por el aroma de las empanadas que me daba hambre.
Todo había terminado. Antes de haber tenido una chance de acercarme a hablarle, Odin paso a buscar a la Valquiria y se la llevó en moto a su coto de caza en busca de ciervos o de lo que sea que hiciesen los dioses nórdicos para disfrutar de su divinidad.
Nos reagrupamos en la vereda con Josefina y Federico para comentar los logros de cada uno. “-¿Cómo que no anotaste las críticas puntuales a los incisos de la nueva ley?-“. preguntó Fede,”-¿...?-“. creo que respondí y antes de llegar a explicar que no era esa mi tarea, o al menos eso creía, Josefina comenzó a buscar con la mirada la mecha de mi chaleco. “-¿No anotaste nada de lo que habíamos quedado?-“. Decían a coro sin esperar respuesta. Es difícil el terrorismo cotidiano cuando nadie te explica bien qué era lo que se suponía que tenías que hacer. Creo que ni siquiera llegué a intentar explicar las bondades y el rigor periodístico de haber anotado los detalles que nadie más percibiría, cuando Josefina comenzó a tirarme con fósforos prendidos. Entonces Fede, que ya había perdido su fe en la humanidad, le pedía el número de teléfono a la chica que le había sonreído en el auditorio, para recuperarla.
Seguro que en algún lugar dirán que todo fue mi culpa, pero no me preocupa, las metidas de pata son moneda corriente para los terroristas cotidianos como quien les habla. Ya lo decía el loco Chávez, que creo que no se llamaba Hugo: “-El periodismo es un sacerdocio-“. Lástima que esta secta independiente no reciba aportes de los fieles.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Si

Sé que no tengo ningún tipo de fundamento para afirmar lo siguiente, pero hoy moentras barría las hojas del pasillo resolví:

EL ENIGMA DE LAS PIRÁMIDES

No fueron construidas acarreando piedras desde miles de kilómetros ni horneándolas ahí nomás, Habían otras montañas cerca, más chiquitas, que fueron completamente desmanteladas para conseguir la materia prima de contrucción. Que las pirámides tengan forma de montaña puede llegar a ser una especia de homenaje póstumo a los accidentes geográficos perecidos. Por eso los ingleses se robaron todo lo histórico de Egipto y no fueron jamás condenados por ello: porque estaban robando a otro ladrón, a un ladrón de montañas, pero ladrón al fin. Según el saber popular, le correspondería a la pirata isla cien años de perdón, pero se les venciaron hace un rato... Hora de pagar culpas.

domingo, 18 de octubre de 2009

Otro día seré

Si, lo sé, me gusta la mala literatura. No puedo evitarlo, me crié leyendo cuentos de terror y es mi deseo devolverle al plano del arte la felicidad que tiempo atrás recibí. Alta o baja, de calidad o de última, el arte es arte si está hecho desde el corazón y no desde la billetera... Por eso este cuento lo regalo, como todos los otros.

Otro día para ser

Los gritos de Arturo rompieron la calma del amanecer. El panadero y lo que quedaba de uno de sus hijos abandonaron la rutina en la que estaban inmersos y volvieron sus cabezas interesados por el ruido. Arturo había tenido una pesadilla, el corazón le palpitaba y no podía recordar nada. Alertado el panadero y los despojos de su hijo arrastrándose a su lado, se dirigieron hacia la calle donde encontraron a otros vecinos que también habían oído los gritos de Arturo. Estaban: Marcos el reparador de PCs, doña María empuñando torpemente su escoba, también estaban las hermanitas Sandra y Delfina Mareen. Delfina había pasado parte de la noche con un espejo que encontró tratando de reconocer su propio reflejo, intentaba recordar para qué servía ese objeto. Sandra, en cambio, había encontrado algo que comer y su ropa estaba sucia con los restos de ese alimento. A la creciente caravana que se dirigía hacia los gritos de Arturo se sumó Hugo el pizzero, que tardaba mucho en moverse porque uno de sus pies estaba deshecho y pisaba con el tobillo. Renqueando y gruñendo llegó a la retaguardia del grupo que ya golpeaba la puerta desde donde provenían los gritos. Quién sabe cuanto tiempo Arturo se había quejado en sueños, pero al escuchar los pesados golpes en la puerta supo de inmediato que su mente le había jugado una mala pasada: los cadáveres caníbales habían descubierto su escondite y estaban en busca de alimento. Era difícil ser un superviviente de esa plaga de muertos vivientes, suponía que quedaban pocos vivos como él, cada vez menos. Había aprendido que era mejor huir que atrincherarse, ya que los ruidos del asedio atraían más zombies y en poco tiempo la marea de muertos se volvería incontenible. Mientras preparaba su partida y pensaba qué hacer Arturo recordaba con ironía las veces que había deseado entregarse a los de afuera para que toda esa pesadilla terminase de una vez por todas. Pero no, esa no era la forma, prefería morir peleando. Con la mochila en su espalda y su rifle al hombro Arturo bajó las escaleras y no necesitó llegar hasta la puerta para escuchar como la multitud de lugareños luchaba por pasar a través de la barricada improvisada en silencio durante la noche anterior. Pelear, entregarse, sobrevivir, acabar con la pesadilla, la mente de Arturo le recordaba lo fácil que sería que todo terminase. Más sus esperanzas se parecieron plverizarse al recordar que esa era la única salida, había olvidado una de las más básicas lecciones de supervivencia: siempre tener una ruta de escape alternativa. Revisó sus suministros, al rifle no le quedaban muchas municiones pero tenía un hacha de leñador que nunca le había fallado. Los primeros brazos sucios y lacerados atravesaron los restos de la puerta reforzada, la barricada pronto cedería. Pronto sus deseos se harían realidad.

miércoles, 14 de octubre de 2009

...

Tuve un sueño horrible. No puedo guardarlo dentro mío, porque puede escaparse; no puedo callarlo, porque me mordería; tampoco puedo decirlo, por miedo a que se cumpla.

martes, 22 de septiembre de 2009

esas cosas locas

Advertencia, no esperen, queridos lectores, que esto tenga sentido, es solo un fragmento de la vida misma, esa que muchas veces, carece de él.

Locas son las vueltas de la vida, tan locas que si uno se pretende un loco lindo tiene que aceptarlas y yá. Este es un texto que encontró mi amigo Federico Belloni en el piso del aula en la primer clase teórica de Historia Latinoamericana del profesor vazeilles, y dice así:

(...)en parte estaban adquiriendo más cultura e independencia, y sin embargo aún recibían el trato que se dispensa a una bestia de carga, despreciada y recargada de impuestos (...)

¿Para pensarlo no?

domingo, 13 de septiembre de 2009

Una breve idea:

No sé si lo leí, no sé si lo escuché o si lo ví en algún lado; francamente no recuerdo de donde me llegó la idea. Pero estoy seguro, eso es lo que importa. Tan orgullozo estoy en mi convicción, que ya no me preocupa mi ignorancia.

domingo, 26 de julio de 2009

Advertencia: Este post es como el anterior: Algunos de los aforismos son de mí autoría, otros no. Depende de ustedes lectores, adivinarlos.

-Mientras la ciudad avanza, la tierra muere.

-El único fracazo que existe es el de dejar de intentar.

-Las banderas separan mas gente de la que unen.

-La clave para comprender mucho de lo que ocurre no está en mirar lo que las luces apuntan sino en lo que estas dejan de iluminar

-La madurez del hombre consiste en recuperar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.

-Lo cotidiano ¿no es una manifestación modesta y admirable de lo absurdo?

martes, 2 de junio de 2009

ADVERTENCIA: hace mucho que tenía ganas de escribir un post lleeeeeeeeno de frases, y aforismos. Algunas son mías, otras no. Pueden jugar a descubrir la autoría de cada una si quieren, pero no es el objetivo de este post. La única razón detrás de esto es armar un cadaver exquisito de pensamientos, conceptos, lecturas entre lineas y estética. ¿pretencioso? si, puede ser, pero es mi blog, soy juez jurado y verdugo acá...

Ahora sí, sin más preámbulo, ahí van:

-Todo lo que pedía el enamorado le daban ese día: Hechos y palabras.
-Es de valientes distinguir cuando una relación amorosa degenera en amistad.
-Adicción: Que los medios se vuelvan los fines.
-No hay revolución o cambio que perdure si antes no ha sido sellado a fuego en el nivel de la conciencia.
-mi deseo es enseñarle a todos a dudar por sí mismos.
-Beleve you can, beleve you can´t; either way you´re right.

lunes, 18 de mayo de 2009

Orra vez lo hizo...

Estuve escuchando la radio hoy sábado, que buen programa el del señor Manija.

¡Renuncie! Si esto fuera un pais en serio lo hubieran fusilado...

martes, 12 de mayo de 2009

A veces me agarran estas ganas que tengo ahora de divagar un rato sobre el teclado. Sin mas objetivo que el de pasar un rato escribiendo, nada mas que eso. En definitiva este blog se volvió un diario personal, casi privado diría, si total no tengo público. Escribir y publicar acá es como hacer un programa de radio sin oyentes. El medio se volvió un fin en si mismo ¿se habrá vuelyo por eso una adicción?quién sabe. Las adicciones productivas son hipocritamente bien vistas y estimuladas cultiralmente. En los ratos en los que pienso que si hay un destino se me ocurre que este blog no es mas que un mensaje a las generaciones futuras de arqueologos que desentierren internet. Quizas el pendulo y el equilibrio sea considerado el manuscrito del mar muerto del futuro... Quien sabe, quien soy yo para creerlo, ni siquiera dependera de mi. y saberlo me hace sentir libre.

Saludos cosmonautas, vayan por el camino amarillo, no paguen peaje.

A.

sábado, 25 de abril de 2009

histeria de lo inmediato, o noticias instaladas, o probablemente cómo las dos cosas se retroalimentan

Resulta imposible negar que uno de los temas instalado del momento es la llamada inseguridad,
al respecto, entre otras cosas, pienso lo siguiente:
El problema es la delincuencia, no la inseguridad, y la delincuencia no se arregla con mano dura, pena de muerte ni ninguna otra medida unica y salvadora. la delincuencia se soluciona con inclusión social y redistribución de ingresos. No hay otra vuelta que darle, querer meter presa a la gente que nació, creció y vivió toda su vida sin nada no sirve, porque quién no tiene esperanza de mejorar no tiene motivos para vivir. Aparte la violencia y la delincuencia es funcional al estado de la política. ¿De que sirve aumentar las penas cuando es la propia policía corrupta la que libera las zonas o si quienes deberían erradicar las drogas pesadas se benefician con su venta? ¿De que justicia hablamos cuando el que es rico no va preso?
Sentise inseguro es algo psicológico, la delincuencia es real, y no se soluciona magicamente como0 pretenden algunos, sino con trabajo, tiempo, esfuerzo, y sobre todo voluntad.

No será mucho, pero por lo menos es una punta como para tener otra voz en el debate mediático (que en realidad parece más un monólogo que otra cosa...)
Como para empezar a discutir con algo de sustento.

A.

lunes, 23 de febrero de 2009

RUIDO BLANCO

-Shhhhhh...-

En este momento reconozco varias capas de sonido simultáneamente, de las cuales soy culpable de algunas. Escucho una maquinaria lejos, escucho la radio que prendí para hacerme compañía, escucho las teclas mientras escribo todo esto, también escucho el viento, parece que se viene una tormenta. A veces me abstraigo bastante escribiendo, entonces el tenue movimiento de las puertas que se dejan llevar por las corrientes de aire me trae de vuelta. Uno naturaliza los sonidos y los ruidos que no cree relevantes, por eso me sorprendo dándome cuenta de que la radio estuvo prendida y sonando todo este tiempo.
No hace tanto, en uno de esos shows documentalistas a los que dedican su programación algunos canales de cable, pasaron un estudio donde afirmaban que a lo largo de la vida se perdía la capacidad auditiva debido a microlesiones causadas en el aparato auditivo por el acto mismo de escuchar. Claro que los sonidos fuertes y estridentes contribuían a esta ecuación haciendo que el “escuchar” se vuelva más lacerante. De esta forma explicaban por qué los niños eran más proclives a escuchar todo mucho más profundamente y a prestar atención a matices y sutilezas que escapan al oído medio. Por el contrario, la gente mayor pierde paulatinamente esta capacidad, y las microlesiones acumuladas a lo largo de los años serían las causantes de que cada vez accedan a menos canales auditivos. Querían explicar así por qué los ancianos parecían más “perdidos” en medio del caos ciudadano cotidiano que las personas jóvenes (que, de hecho, van en ese camino). Un tren que pasa a ocho cuadras me abstrae del teclado y del monitor ¿Tanto es el silencio que puedo escuchar algo que ocurre a casi un kilómetro?
Fue un miércoles a la mañana cuando decidí escribir este texto, mientras esperaba en la estación. Tuve que dejar pasar dos trenes porque no había lugar ni para intentar pelear hasta hacerme uno. Cuando apareció el tercero decidí cambiar de estrategia y opté por usar la inteligencia en lugar de los músculos (que, por cierto, nunca fueron mi fuerte); procedí a utilizar la estrategia que usan algunos automovilistas cuando, detenidos por algún semáforo en rojo, una ambulancia con la sirena sonando aparece y hacen paso para que cruce y aprovechan para cruzar en rojo ellos también, impunemente y solo por capricho: Me mimeticé con los que ya estaban dentro y salían solo para dar paso a quienes bajaban en tropel, me hice el que formaba parte de esa masa humana que legítimamente pertenecía “dentro”, me fundí con ellos. Sin que nadie se diera cuenta pasé a ser uno más, no representaba una amenaza. Aunque no lo pareciera, viajar tan hacinado tiene algunas ventajas, como por ejemplo que no haga falta tener que sostenerse para no caer con las frenadas y cambios de velocidad de la formación. ¿Cuantas personas entran en un vagón hasta el límite? Sin duda algún número cercano al infinito; no quiero ni pensarlo, me marean los números tan abstractamente altos. Nadie hablaba, entre los dormidos y los fastidiados por la rutina, no había otro ruido que el del andar de la máquina, y la pérdida y monopolizadora música que alguien escuchaba ¡Con auriculares! Así de grande era el silencio que dominaba el vagón. Así de resignadas y cansadas eran las expresiones de los pasajeros. Recién bañados todos, para sacarse las marcas de la almohada, recién maquilladas ellas, recién afeitados ellos. Todos en silencio, todos correctos, todos en silencio, con las miradas perdidas Todos resignados por vivir una vida tan impersonal, hombres suburbanos siguiendo sus rutinas como si no hubiera otra opción. Ovejas esperando la esquila, vacas yendo al matadero. Si el miedo a la muerte tergiversa los valores, distraerse hasta olvidarse, hacer de cuenta que el final no existe, mantiene todo en orden.
Hay silencios forzosos y silencios forzados. Están los silencios que no dicen nada y los que dicen mucho. Hay discusiones de pareja que solo dejan lugar al silencio como única opción posible, conteniendo lágrimas o mordiéndose los labios para no estallar de rabia, pero silencio al fin. Sea para no darle el gusto al otro, para no degradarse o para, más adelante, buscar una reconciliación.
Hay veces en que el silencio, como rutina (o ruina), se hace muy difícil de romper: miremos “El grito” de Munch, una de las pinturas con más intentos de robo en el siglo veinte ¿Qué fue lo que obligó a estallar en un llanto primal al andrógino protagonista? ¿Por qué despierta tanta fascinación y fantasías de rapiña entre el público ese lienzo? Vivir en la Europa de la primera post-guerra no debe haber sido fácil para nadie, con el continente arrasado, una generación perdida y el poder mundial escindido. Las crisis se sucedían unas tras otras; las identidades, los orgullos nacionales destrozados. Sin nadie que pudiera explicar qué pasó ni que pasaría... tanta acumulación de emociones solo parecía dejar lugar a una explosión como resultado lógico. Como un globo inflado y un alfiler, como una rana fumando un cigarrillo ¡Plum! El grito, de desahogo, que busca llamar la atención ante la indiferencia de los personajes secundarios. El grito que rompe el silencio.
Los diccionarios mínimamente modernos definen al Ruido Blanco como una señal que contiene todas las frecuencias, en todas las potencias; igual que la luz blanca, de donde proviene su nombre. Es decir que el ruido blanco es todos los sonidos posibles, la famosa masa amorfa sobre la que teorizaba Saussure. Cuando todo es absolutamente TODO, sin ningún tipo de posibilidad de que nada quede afuera, esa totalidad se vuelve un objeto en sí mismo, donde las identidades y subjetividades de sus componentes pierden importancia hasta perderse. Esa masa amorfa dice tanto que termina por no decir nada. El ruido absoluto se vuelve entonces la norma, lo común y se naturaliza, se vuelve la nueva cara del silencio.
¿El silencio es salud? La perorata del sentido común nos lleva a creer que no decir nada es lo esperable. Que nadie rompa el silencio, que nadie se anime a actuar en contra del ruido, no sea cosa que empecemos a escuchar cosas puntuales, a prestarle atención a los detalles. Si el silencio se vuelve un muro, entonces hay que derribarlo a los gritos.

martes, 10 de febrero de 2009

promises

Ok, se que tengo medio olvidado el Blog. Ahora una promesa es una promesa. La próxima vez que postee, va a ser un ensayo. Es una promesa.

lunes, 19 de enero de 2009

anserer

Para todos los que me preguntarban que era eso del dedo gore paso a explicar: el lunes pasado mientras tallaba una madera me volé media uña del indice izquierdo. Ya estoy casi completo de nuevo, pero en el momento dolió bastante.

lunes, 5 de enero de 2009

radio radio radio radio radio radio radio radio

Solo porque creo fervientemente en el autobombo:
Radio UBA fm 90.5 lun a vie de 13 a 16hs, solo por estas semanas al menos Ale Emmerich en "Nota al pié"
No se lo pierdan, se los voy a reclamar...

jueves, 1 de enero de 2009

y de golpe pasó un año entero

Si, ya es el 2009, puede significar un montón, o no puede significar nada, dicen que la belleza está en el ojo del observador ¿no?
Personalmente soy mas amigo de creer que el año nuevo queda en febrero estén mi cumpleaños y el año nuevo chino, juntos, ahí pegaditos, como bailaba el mar con los delfines. O sea que quedan dos meses antes de que se termine el año de la rata.
No voy a pensar mas en deseos cumplidos, prefiero pensar en objetivos.
¿Entenderá alguien la diferencia?

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