miércoles, 23 de enero de 2008

La Indecisa

Le dije que iba a darme una ducha y la invité a acompañarme. No dijo nada, pero bajó la vista y sonrió. Dejé la puerta del baño entreabierta como para que entrase y me sorprendió que no lo hubiese hecho. Cuando salí se había ido, y yá no me responde las llamadas.

miércoles, 16 de enero de 2008

Cucaracha story (basada en una historia real)

-Ahí parece que hay calor.- Se corrió la voz.
El ogro es grande, fuerte y muy feo, está acompañado por otros dos amigos ogros.
-En la otra habitación, está oscuro, creo que siento olor a comida.-
Los ogros no sospechan nada, están jugando con la computadora.
-Era cierto, era alimento, cáscaras de papa y algo de aceite. Hay suficiente como para alimentar un grupo pequeño.-
-Creo que ví algo, en la otra habitación, la que pasamos de largo cuando vinimos. Voy a investigar. Esperen aquí.-
El ogro vio a la cucaracha enrar en la habitación y se acercó sin que esta lo notara. Apenas pudo reaccionar, fue inutil, el ogro la mató de un sandaliazo y socarrón le dijo a sus amigos: -¡Aquí no quiero inquilinos!-

domingo, 6 de enero de 2008

Laberinto de espejos

-No hace tanto leí por ahí que los grandes novelistas se pueden dividir en dos grupos, los que realizan complejos experimentos semánticos o aquellos que meramente se limitan a describir mejor que los otros. Yo lo percibo de otra forma; los grandes novelístas, como los grandes pintores; Como todos los grandes artístas y todos los grandes amantes; tienen la capacidad, el deber, de percibir y entender otros puntos de vista. Los grandes escritores deben jugar con lo que los lectores conocen y suponen de su creación. Los pintores deben poder transmitir lo que cada una de las partes de su obra significa, no solo para su creador, sino para la obra como conjunto, como entidad autonoma y sensible. Los grandes amantes deben ser capaces de mostrar la más absoluta disposición a comprender las sensaciones de su pareja, pudiendo estremecer con caricias cada vez más sutiles, llegando a poder causar placer con un susurro. Los grandes artístas son los que saben manejar la atención de sus presas. Juegan con eso, destruyen lo esperable. Guían la voluntad de su victima, la somete hasta su rendición. Recién ahí, muy de a poco, una por una, le enseña las reglas. Despacio. El artísta tiene el control, el lector está a su merced, el amante se entrega a su cadencia. El artísta juega, dirije su atención en un sentido y antes de que llegue al punto cúlmine, cambia de rumbo. Se dirije en otro sentido como un músico que cambia de ritmo y tonalidad bruscamente, pero siguiendo un camino. La presa se funde con la creación, nunca el placer puede ser suficiente. Que el cuadro tenga un limite convierte a su creador en verdugo de la potencialidad. Tarde o temprano los amantes necesitan más de eso único e irrepetible. Los poemas mueren al repetirse. Esta es tambien una experiencia única. El mejor poema había dicho. En ese momento se acercó a mí como nunca nadie lo había hecho. Yo tenía los pies y manos atados, pero no me resistí, ni siquiera cuando afilaba sus herramientas. Había terminado de contarme su historia, como en su momento también la escuchó, de poeta a victima. Como yo la hice propia, de victima a victimario, te doy la bienvenida a nuestro club.-