La rutina y el peligro de acostumbrarse.

Venía pensando en como los cambios en la rutina fuerzan a tener que pensar las cosas de nuevo. Nos guste o no, los humanos, somos seres de hábitos, aprendemos no solo imitando a nuestros pares sino también por la búsqueda y la repetición de actitudes y formas de ser que, con el tiempo y la prueba y el error, vamos encontrando mas adecuadas que otras. Pero en ese proceso de aprendizaje y repetición cíclicos de a poco vamos dejando de cuestionar las cosas que encontramos solucionadas con nuestro actuar, así cada vez tenemos menos problemas "de fondo" de los que preocuparnos y podemos preocuparnos por cuestiones del día a día.. Es así como la rutina nos lleva a cuestionarnos todo cada vez menos y por lo tanto a abandonar poco a poco el pensamiento activo, mientras que un quiebre en nuestra rutina hace que toda la estructura de pensamientos que dábamos por sentada pierda su significado y su validez, y que resulte inevitable repensar las cosas. Es por eso que muchas personas "ven la luz" luego de transitar una experiencia traumática, o, sin alejarse tanto, que sea necesario tomarnos unas vacaciones alejados de la rutina para poder recargar las pilas; o dicho de otra manera, alejarnos aunque sea por un breve tiempo de la odiosa rutina de nuestras cidas llenas con trabajos y actividades que no nos gustan, pero que soportamos por necesidad.

El grado en que cada uno de nosotros es afectado por las diversas rupturas de la rutina varía, ya que cada persona es un universo en si mismo, y lo necesario para que el "shock" emocional que hace tambalear todo aquello que dejamos de cuestionamos de nosotros mismos y de nuestra manera de concebir el mundo se produzca, depende de cuan arraigada se encuentra esta red de ideas en nuestra conciencia, y de cuan predispuestos nos encontremos a abandonar la seguridad de aquello que creemos que somos para animarnos a mirar el mundo con otros ojos.