martes, 25 de marzo de 2008

La fábula del abad y FuYuFei

Esa mañana el monasterio abrió sus puertas para hacer la evaluación anual a los postulantes a monjes. El niño Fu Yu Fei llegó primero y se presentó muy entusiasmado, sin embargo el abad lo rechazó diciendole, simplemnte, que no estaba lísto.
Ese mediodía, mientras dirigía los rituales previos al almuerzo, el abad miró a un joven que paseaba por el bosque lindero, este le devolvió la mirada, pero el abad volvió a negarle el ingreso al monasterio a Fu Yu fei.
Esa misma tarde el abad debió partir hacia la ciudad para tratar unos asuntos con el gobernador, en el camino se cruzó con un robusto leñador que lo saludó cortesmente, como se merecía un monje de su investidura. El abad agradeció el gesto y, aunque severo, algo apenado, no tuvo otra opción que volver a rechazar a Fu Yu Fei por aún no considerarlo listo para ingresar al monasterio. Este se volvió cabisbajo hacia su hogar, donde su mujer y sus hijos lo esperaban.
Anochecía cuando el abad llegó finalmente a la ciudad. En la entrada, un mendigo se le acercó a pedirle limosna. El abad, en su infinita, aunque humana, sabiduría volvió a repetirle a Fu Yu Fei que todavía no se encontraba listo para ingresar al monasterio. Este aceptó humildemente la negativa y regresó a sus tareas de mendigo.
Esa noche, desde su habitación de invitado en el palacio, el abad escuchó a lo lejos la música de un funeral, y, como máximo representante religioso de la región, creyo que su obligación acercarse a dirigir lo rituales. Una vez en el lugar reconoció en el feretro a un anciano Fu Yu Fei, al que solo pudo decirle que aún todavía el momento no había llegado.
La mañana siguiente mantuvo al abad ocupado en largas reuniones con el gobernador y su corte. Debatieron acaloradamente sobre temas de suma importanmcia. Durante uno de los descansos, el abad optó por ir a meditar a los parques del palacio. En el camino se encontró con una mujer que en sus brazos llevaba un niño. En los brazos de su madre, el bebé Fu Yu Fei sonreía porque intuía que faltaba poco.

1 comentario:

Alejandro, Electric Wizard dijo...

Hola como vá. Este es un cuento que hace muuuucho que quería escribir, no sé, el borrador lo hice hace como cuatro años, y siempre tantas ganas de pasarlo en limpio como escuzas para no hacerlo. Y como, la verdad, el último post fue bastante bajón, me sentía con ganas de resarcirme. Eso noi quiere decir que me arrepienta de lo que escribí antes, no, para nada. Son varias fascetas del mismo prisma.
A disfrutar (si se puede y quiere claro)