(...) A veces nos preocupamos de perder lo que hemos ganado. Creemos tener una situación estable, un lugar seguro. Pensamos que ya encontramos el lugar y nos resistimos a lo nuevo. Sin embargo, si no tenemos nada que proteger, nada a lo cual quedarnos pegados, somos mas receptivos. Nos relajamos mucho mas, dejamos que lo que sea que ocurra a nuestro alrededor llegue a nosotros.
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