La opinión pública es la suma de
las opiniones de los individuos que conforman una sociedad determinada. Por lo
tanto para comprenderla debemos analizar las opiniones de dichos individuos. En
este nivel una opinión tiene su base en dos aspectos tan opuestos como
complementarios: Un aspecto racional, lógico y explicable; y otro irracional,
emocional, visceral e instintivo. El aspecto racional es fácil de comprender,
de explicar, posee cierta lógica común, pero en última instancia, excepto en
casos extraordinarios donde la persona puede abstraerse de su caudal emocional
para alcanzar y aceptar una conclusión que contradiga su amocionalidad, sirve
principalmente para ofrecer las herramientas intelectuales que buscan
justificar el accionar emocional. Lo racional se educa, se ejercita, se
entrena. Lo emocional, por su parte, es incomprensible en última instancia,
inconmensurable desde que cada individuo es un universo en si mismo. Lo
emocional se aprende desde la cuna, puede educarse, ero solamente con mucho
esfuerzo ya que, a diferencia de la educación racional, tiene su base en lo mas
interno y naturalizado de cada uno de nosotros. Sin embargo, a pesar de
tratarse de algo tan instintivo y primal, es muy fácil de manipular, como casi
la totalidad de la ciencia política se ha empeñado en demostrar a lo largo del
siglo veinte. Verdades a medias, falsas reivindicaciones, identidades
sutilmente creadas e impuestas, demagogias populistas, miedos, rencores y amores. Todas estas prácticas y
tantas otras apuntan a la fibra mas emocional del ser humano social y por lo
tanto evitan confrontar con el componente racional de la conciencia de cada
individuo. Dialogan expresamente con y desde lo emocional. Encienden pasiones,
amores y odios; y quien se embriaga con estas emociones tiende a olvidar su
racionalidad, a dejarse llevar por ellas. A justificarlas con razonamientos a
la carta. Lo racional, la verdadera posibilidad que tenemos de abstraernos de
la emocionalidad que permite que nos gobiernen factores externos a nosotros
mismos, se encuentra muy oprimido en la mal llamada opinión pública, que no es
otra cosa que la cadena de emociones, sentimientos, amores, odios, rencores,
todos manipulables, que nos llevan tanto a la deriva como de las narices, por
este caos cotidiano, suma de individualidades, altruismos y egoísmos, que
llamamos vida en sociedad.
4 comentarios:
Soy conciente de que una relecturita mal no le vendría al texto (de hecho raramente releo las cosas antes de postearlas), pero soy demasiado impulsivo y "emocional" como para deternerme a hacerlo. En realidad soy bastante vagoneta y honesto como para poder admitirlo y aún así no hacerlo.
Es bastante discutible todo esto... pero yo tampoco lo releí así que opino muy por arriba. Por ejemplo, me parece que el aspecto racional también es manipulable. Lo que hace falta es una visión crítica.
A pleno Lucas, concuerdo en casi todo, pero tampoco releí tu comentario.
Por lo que recuerdo, tanto la lógica como las emociones pueden ser manipuladas.
Para mi la posta está en el equilibrio. No hay una sin otra y si están desbalanceadas la cosa no camina.
Actualmente creo que hay una tendencia a emocionalizar mucho mas que a racionalizar.
Sí, con coherencia... pensar, sentir, y actuar en la misma dirección.
Acabo de escuchar la canción que me dejaste como comentario... No es la primera vez que me dejan links, tiene su onda porque se generan como conexiones libres.
Un abrazo!
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