Las guerras generan explosiones, brillantes y ruidosas. Vuelan cosas por los aires mientras personas se matan entre si porque sus líderes así lo decidieron. Mientras tanto la pobreza y la miseria asesinan en silencio, y el ruido del estómago vacío no deja que la cabeza piense donde están los responsables de que estas cosas pasen.
2 comentarios:
Claro. El problema es ese enemigo sin rostro.
Sin rostro, con muchos nombres, no en vano Yabrán había comentado que el anonimato era la impunidad misma.
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