Hace un tiempo ya dediqué largos períodos de tiempo a definir un verbo muy característico de la personalidad de mi gran amigo Ezequiel Calvo, el verbo en cuestión: Calvear. No voy a ampliar la definición por considerar dicha práctica sumamente ociosa (aunque en realidad el ocioso soy yo) pero desde ya que si algún querido lector igual de ocioso no tiene ganas de buscar en el archivo del blog la entrada en cuestión, me lo solicita de manera amable voy a considerar la posibilidad de desenterrarlo y traerlo de regreso a la luz por motivos enciclopédicos.
Lo que me motiva a escribir estas líneas es que yo, El Dueño Del Blog, también conocido como Alejandro Daniel Emmerich tengo un verbo que logra capturar un fragmento de mi esencia. El verbo en cuestión es "Aletear" y podría ser definido como una extraña e irrefrenable compulsión a improvisar con buenas intenciones, pero con resultados cuestionables. El margen de error de las Aleteada oscila entre el 10 y el 50% dependiendo de a quien se le pregunte.
Y me tomo el trabajo de escribir esto porque hoy Aleteé a lo loco. la cosa es así: Había preparado una ensalada de frutas, y como me aburrí de comerla a los dos días, decidí que sería interesante transformarla en un budín de pan frutal. Así que le incorporé miguitas y leche y dejé reposar toda la noche. hoy le agregué tres huevos batidos, preparé caramelo y puse la preparación a baño María. El resultado de tal improvisación es tan interesante como ambiguo. Tomo nota de la enseñanza: Puse pocas migas, entonces en lugar de quedar un budín de pan quedó una especie de mousse frutal tan sabros como poco vistosa.
Aleteada pura.
Saludos e improvisen a mansalva.
viernes, 26 de octubre de 2012
domingo, 14 de octubre de 2012
Y mi amor por la ciudad continúa creciendo...
Para ser un sábado el subte estaba llenísimo y tuve que subir a los codazos. Mientras me abría paso entre las de marea humana vi en la lejanía una imagen paradisíaca. Ella era de mi estatura, de pelo castaño y ojos claros. Escuchaba música en sus auriculares enormes (tan de moda ultimamente) y cubría su pecho con una remera que de inmediato me llamó la atención: Era la tapa del volumen 4 de Black Sabbath. Claro, como no podía ser de otra manera, mi hombría fue derrotada por mi timidez de forma humillante y me quedé sin decir nada, mirándola de lejos. Dos estaciones después, ella se dejó arrastrar por los efluvios de humanidad que descendían de la formación y no la volví a ver. Esa tarde transcurrió entre la rutina laboral y una cierta nostalgia. Era hermosa y la había dejado ir. Una chica tan linda y que además escuchaba Sabbath. Las chances de que esa combinación volviese a repetirse eran tan bajas que no tardé en sumirme en una incipiente depresión. En ese tono, decidí volver a casa caminando, y en esos cuatro kilómetros que me separaban de casa todo cambió. A lo largo de una hora de tranquila caminata vi no solo una sino dos personas con la misma remera del Volumen 4. El horror, el espejismo destruido, la cruda realidad: Esa Chica, esa remera, no era metalera, era un artículo de moda.
¿Cuantas de las personas que vi utilizando esa remera habrán escuchado Black Sabbath alguna vez en la vida? lo digo y lo repito: Que injusta que es la vida y que lindo que es ponerse en víctima.
Nadie me comprende, nadie me comprende. ¡Si ustedes supieran lo que se siente!
¿Cuantas de las personas que vi utilizando esa remera habrán escuchado Black Sabbath alguna vez en la vida? lo digo y lo repito: Que injusta que es la vida y que lindo que es ponerse en víctima.
Nadie me comprende, nadie me comprende. ¡Si ustedes supieran lo que se siente!
sábado, 13 de octubre de 2012
Nota:
Desde los pantanos, los
expulsados de la sociedad tienen cosas para decir:
¿Que son las pesadillas si no un reflejo distorsionado de aquello que
no queremos ver de nosotros mismos?
(Foto) Los Bufones muestran todo aquello que nadie quiere ver.
Los Bufones pretenden ser eso que
no queremos ver, mostrar una versión onírica de lo cotidiano, un reflejo distorsionado
de todo lo que nos afecta, que nos lastima, que nos corroe, muchas veces sin
que ni siquiera podamos darnos cuenta. Nadie sabe muy bien que puede esperar de
la función –Es una disciplina muy poco conocida en la Argentina , es fácil
creer que es un grupo de Clown, pero nada que ver. Pueden esperar cualquier
cosa, sexo, parodias, burlas, violencia, no es para gente impresionable.- Eran
las advertencias que circulaban entre el público antes de que comience la
función. Ya de lejos cualquiera que pasase cerca de los camarines escucharía
los gritos, alaridos, insultos e improperios que vociferaban los bufones. Una
particular forma de ponerse en el clima de un espectáculo obsceno y
contestatario.
Las luces se apagaron, la gente
quedó en silencio, expectante, preparándose para lo insospechado. En un salón a
oscuras, un tropel de seres pesadillezcos invadió la sala, moviéndose entre la gente,
cantando canciones de circo, de dibujitos animados del pasado, de viejas
comedias. A los gritos, se movían entre el público, atravesando las filas de
espectadores invadidos y desprovistos de su cómodo anonimato. Finalmente las
luces se prendieron, en el escenario, tres figuras grotescas comenzaron a
realizar una coreografía sellando papeles al compás de la música. De sus
espaldas emergieron otros tres personajes que completaron la escena danzando al
ritmo de la percusión de los sellos. Uno de los personajes realizó una fellatio
a un sello ante las risas incómodas del sorprendido auditorio.
-Los Bufones se remontan a la
edad media, eran los desclasados, los deformes, los que nadie quería ver.
Vivían en los pantanos, alejados de las ciudades y apartados de la vista de
todos. Eran una casta muy especial, estaban por fuera de la sociedad, pero al
mismo tiempo tenían acceso al rey. Lo divertían y eran los únicos que podían
burlarse de la vida cortesana. Justamente eso es lo mas interesante del Bufón,
la mirada política, la crítica. El bufón se burla de los poderes, de la Iglesia , del Estado, de la
medicina, de todas aquellas instituciones que son intocables, naturalizadas como
poderes indiscutibles. Pero tampoco podían pasarse de la raya porque siempre
corrían el riesgo de que el Rey les mande a cortar la cabeza.- Contaría Dina
después de la función, donde interpretó a Cojette Enseco pero todavía ataviada
con una peluca platinada, unas prótesis que le dan una generoso 150 de busto y
un improvisado lifting hecho a base de cinta adhesiva que le deforma el rostro.
Las escenas se suceden, Pajarito,
un joven ingenuo responde preguntas acerca de la vida, el amor y la esperanza,
con un tono de romántico utópico, solo para ser atacado una y otra vez por otros
personajes. Un colectivo lleno da lugar a varias escenas perturbadoras,
incluyendo la cópula entre un párroco y una monja. Un viejo coronel está en su
lecho de muerte mientras que su esposa, su médico y un fraile se pelean por
hacerlo firmar la mayor cantidad de cheques antes de que le llegue la hora. Cojette
fantasea con ser Mirtha Legrand y toca el cielo con las manos cuando su hijo le
trae como regalo de su viaje una sirvienta exótica. Una reunión de beneficencia,
termina en una batalla por quedarse con el dinero recaudado.
Finalmente, dos policías de civil
entran a escena y desalojan a la trouppe a bastonazos. A los bufones siempre se
los echaba, era la forma que tenían de regresar al orden en la edad media. Cuando
las burlas se habían consumado y la sorpresa se disipaba, los poderes se veían
expuestos, reflejados en los actos de los desdichados, y volvía a expulsarlos.
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